a babor

En las primarias-primarias (las de Borrell contra Almunia), sólo votaron los afiliados del PSOE. El sistema se estaba ensayando, y tampoco era cuestión de más líos. Pero ahora, cuando las primarias socialistas se abren a todos los candidatos locales, pues resulta que se ha habilitado una urna especial para simpatizantes. Cualquier ciudadano puede apuntarse como ‘simpatizante del PSOE’ en un censo al efecto, y por el mero hecho de apuntarse, adquirir el derecho a participar en el proceso de selección de los candidatos socialistas. No es que sea mucho, pero gratis tampoco se puede pedir más.
El modelo está pensado a imitación del utilizado en los USA, donde la gente con ganas de participar en la cosa pública se encuadra en los censos demócratas o repúblicanos. Lo que ocurre es que aquí no hay tradición, y si la participación de los propios socialistas en este escalón de primarias se supone baja, la de simpatizantes -a juzgar por lo poco que ha dado de sí el censo- se prevé nula. Y así seguirá siendo en la mayoría de los casos durante bastante tiempo. No es éste un país demasiado dado a la participación política, y la lista esta de simpatizantes sólo se nutrirá de amigos de los que quieran optar a nominación. Claro que en veinte o veinticinco años puede que los amigotes de unos y otros sean tantos que ya constituyan un verdadero censo.
Pero también pueden producirse situaciones chuscas: en el país de los pícaros, después de ver votar a muertos por correo y cosas así, a nadie debe extrañarle casi nada. Por ejemplo: si los adversarios políticos del PSOE pudieran decidir a quien prefieren enfrentar a su candidato, si a Jerónimo Saavedra o a Gabriel Navarro… ¿a quien elegirían? Pues la cosa es que con el nuevo sistema, mientras no se establezcan controles, pueden inclinar la balanza por uno u otro. Basta con que quinientos tipos de Coalición Canaria (o del PP), se apunten en el censo de los simpatizantes, y el día de autos acudan a votar en masa en las urnas del PSOE. Con la ligereza con la que se lleva desde el PSOE la aventura ésta de las primarias, cosas así pueden ocurrir perfectamente.
A fuerza de confundir democracia con asamblearismo, los socialistas se han aventurado por una senda peligrosa. Este tipo de experimentos pueden funcionar bien en países más serios. O en partidos más pequeños: unas primarias en el PNC para elegir candidato a la alcaldía de Las Palmas entre Alamo o Alamo no estarían mal del todo. El candidato Alamo saldría por unanimidad. Y además con un sólo voto.

Colchón:
Basta apuntarse en un censo de simpatizantes para participar en la selección de los candidatos socialistas. No es mucho, pero gratis tampoco se puede pedir más.