a babor
Mauricio mantiene con los ‘media’ una relación de amor/odio consecuencia de su frustrada vocación periodística: Mauricio ama los medios, vive por ellos, pero a veces su apasionado romance se torna odio y desprecio. Preguntado por la contradicción entre su posición favorable a la rebaja a seis años de la Reserva de Inversiones y el enfado de Hermoso, Mauricio culpa a los periódicos, a los que acusa de haber manipulado las declaraciones de Hermoso. En la reunión del Consejo, Hermoso demostró (con un video) que nunca habló de ruptura del pacto. Por eso, las declaraciones mauricianas en las que tildo de «imprudentes» las realizadas por Hermoso «se debieron a la lectura de los titulares de los periódicos». Mauricio considera ahora que el único imprudente fue él mismo, por dejarse llevar por la manipulación de los ‘media’. Pero eso no es todo: si Mauricio no existiera habría que inventarlo.
También acusó a Aznar de ser el responsable del cruce de declaraciones con Hermoso que a punto estuvo de costarle la desautorización formal en el Consejo Político nacionalista. Mauricio dice que el problema es que Aznar no estaba informado de que Rato había preparado una propuesta alternativa (la propuesta de la que hablan hoy los periódicos), mientras que él si lo sabía, porque él habla mañana, tarde y noche con el vicepresidente Rato. Como Aznar no se había enterado, dice Mauricio, advirtió a Hermoso que Madrid ya no tenía más conejos que sacar de la chisteria ante Bruselas, cuando resulta que Rato si tenía un conejo. Y se lo había enseñado a Mauricio. Hermoso salió de la reunión echando chispas cuando Mauricio ya sabía que había una maravillosa propuesta alternativa (el penúltimo conejo), que demuestra que Madrid nunca aceptará modificar la temporalidad de la Reserva de Inversiones.
Es una pena que Mauricio no nos contara lo del penúltimo conejo el mismo día que se enteró él. Es una pena, porque si nos lo hubiera contado ese mismo día, en vez de suscribir la ‘rebajita’ de seis años, entonces habría hecho el doble de ridículo: Mauricio, que se reune mañana, tarde y noche con Rato, no sabía que Hermoso habló con el vicepresidente económico desde el mismo despacho de Aznar, y que en esa conversación el pretendido conejo (más bien minúsculo gazapo) ni siquiera salió de la chistera. Porque lo que Aznar pretendía en la cita de Moncloa era que Hermoso asumiera no sólo que no quedan más conejos, sino que Madrid no tiene culpa alguna de que se hayan gastado. Por cierto, lo mismo que decía Mauricio antes del tirón de orejas.

Colchón:
Hermoso habló con Rato desde el mismo despacho de Aznar, y en esa conversación el pretendido conejo (más bien minúsculo gazapo) ni siquiera salió de la chistera