a babor
Leguleyo viejo, esto de los latines se le da bien a Olarte. Por eso gusta de recurrir a lo de «escusatio non petita, accusatio manifesta». Ayer no lo hizo, pero refrendó el latinajo con su asombrosa justificación sobre la abstención coalicionera en la toma en consideración del REF balear. Y es que se dejó caer el vicepresidente con una extraña argumetación sobre lo democrático que resulta apoyar la consideración parlamentaria de cualquier propuesta, porque durante su tramitación puede canalizarse el debate y evitar errores. El argumento es comparable al de permitir que un extraño armadado entre en la casa de uno, que ya se verá si tiene intención de disparar o no, y si lo intenta, siempre se está a tiempo de reducirlo. Si de verdad cree Olarte que lo democrático es apoyar la discusión de las iniciativas con las que se está en desacuerdo, me temo que Coalición permitirá el debate sobre las siete capitalidades que pretenden los periféricos. Total, en una buena negociación siempre se está a tiempo de reducir las capitales de siete a cinco, teniendo en cuenta que ni palmeros ni gomeros promueven la cuestión.
Sarcasmos aparte, el argumento de la democracia no se sostiene: en democracia se defiende lo que uno cree, y se defiende con los medios que se tienen, unas veces cediendo y otras no. La cuestión es que esta era una ocasión magnífica para no ceder, para demostrar que -al menos en lo que afecta a esta región- Coalición Canaria mantiene la independencia de sus posiciones. No ha sido así, quizá porque el compromiso de apoyo al Gobierno Aznar roza lo esperpéntico: Coalición ha sido en este particular asunto -como ya lo fuera cuando el debate sobre las parejas de hecho- más papista que el Papa, o -para entendernos- más aznarista que Aznar y más probalear que Javier Cañellas y su pupilo Jaume Matas, los dos juntos. Y no hacia falta: en esta ocasión, ni siquiera puede argüirse que el Gobierno se viera abocado a una derrota parlamentaria.
Aparte del argumento ‘democrático’, Olarte ha esgrimido también el de los ‘cuatro gatos’: dijo ayer que los nacionalistas son «cuatro gatos en el Congreso» y que eso obliga a ser cortés. Me gusta mucho esa imagen de Mauricio & Cía como una panda de dóciles mininos asustados ante el gatazo Cascos, pero si se trataba de cortesía, mejor haber recurrido a intercambiar regalos en el almuerzo que Hermoso y Olarte y Castro Cordobez y Nacho González y Jose Carlos Francisco van a tener hoy con el presidente de Baleares. Porque… (¿como se dirá en latín?) «lo valiente no quita lo cortés».
Colchón:
Olarte dice que ellos son «cuatro gatos en el Congreso». Me gusta esa imagen de Mauricio & Cía como una panda de dóciles mininos asustados ante el gatazo Cascos