a babor

Como el rey de Epiro contra los romanos en Heraclea, Bravo ha ganado una batalla que más le hubiera valido perderla: la aceptación por Coalición Canaria de la candidatura de Juan de la Cruz para dirigir el centro de RTV-E en las islas va acompañada de la imposición de quienes en teoría habrían de ser sus lugartenientes. A Bravo se le han jugado…
Pero él parece darle más importancia a las formas que al fondo: necesitaba ofrecer a la opinión pública la imagen de controlar su partido y de controlar los nombramientos, y ha llegado a implorar ante Hermoso que se mantenga su propuesta de nombramiento para la caja tonta, amagando incluso con romper la baraja. A cambio de permitir que Bravo se salga con la suya en lo que a Manostijeras se refiere, Hermoso ha exigido -y ha logrado- que se mantenga en su puesto a Francisco Moreno, actual responsable de los servicios informativos de la casa. La continuidad de Paco Moreno supone no sólo el reconocimiento de la valía de un periodista honesto e independiente, sino la aceptación por parte de los nuevos responsables del Ente en Canarias de que esta etapa que culmina se recordará por la ausencia de compadreo, manipulación y dirigismo que ha ‘adornado’ la casa en anteriores etapas. La continuidad de Moreno supone por evidente elevación el reconocimiento explícito de la profesionalidad de su jefa, Piedad Alarcón, a la que Bravo sustituye por un indeseable personaje sólo para darse el gusto de demostrar que puede hacerlo.
Pero hay más: también el PP tinerfeño ha sacado tajada de la obstinación de Bravo. Ignacio Gonzalez ha logrado ‘colocar’ a José Moreno, hermano del actual jefe de los servicios informativos, como director del centro regional en Tenerife. De Pepe Moreno todavía se recuerdan sus certeras y aceradas críticas a Juan de la Cruz durante la etapa en que éste dirigió la televisión canaria.
Paradojas del consenso: la pírrica victoria de Bravo implica que si Manostijeras consiente en aceptar su nombramiento (es de temer que ni siquiera amage negarse a que le impongan a su equipo), tendrá como segundo de a bordo a un periodista que lo puso a parir durante meses, y de tercero al hermano del segundo, al que expedientó por no plegarse a su juego manipulador a favor del poder.
Si yo fuera Juanito les juro que no venía.

Colchón:
La continuidad de Moreno supone el reconocimiento de la profesionalidad de su jefa, Piedad Alarcón, a la que Bravo sustituye sólo para demostrar que puede hacerlo.