a babor
Eramos pocos y parió la abuela: a la tradicional cuadra de purasangres defensores de la doble autonomía, integrada por el ultratinerfeño Daroca -ex ATI, ex PP, es CDS y ahora presumiendo de ser GIL de toda la vida- y el muy playero de Gregorio Toledo, viene de pronto a sumarse inesperadamente el todavía presidente de las AIC, el ínclito Dimas, que propone un nuevo modelo de doble autonomía de quita y pon, con autonomía de islas grandes y autonomía de islas chicas.
Viene a decir don Dimas que si se reforma el sistema electoral canario habría que ir a esa doble autonomía, de islas mayores por un lado y de islas menores por otro, para evitar que las islas menores no pintaran ni una miaja. No se trata de llevarle la contraria por sistema: en la doble autonomía que pretenden el GIL de Daroca y el Partido de la Gran Canaria de Toledo, las islas menores iban a perder el peso específico que hoy tienen. En eso acierta don Dimas, a lo mejor de la misma forma que acierta el burro flautista del cuento: por casualidad.
Pero don Dimas no plantea su divertida fórmula de autonomía de grandes y de chicas como reacción a la doble autonomía de Toledo y Daroca. La plantea como reacción a la propuesta de reforma de las normas electorales canarias lanzada por Jerónimo Saavedra. Habla don Dimas de que el PSOE pretende reformar la Ley Electoral Canaria, y presume con ello de enorme ignorancia y desconocimiento: en esta región no existe ninguna ‘Ley Electoral Canaria’, ni nada que se le pueda parecer. A lo sumo una disposición transitoria primera contenida en el Estatuto de Autonomía, y que a pesar de su ‘transitoriedad’ sigue en absoluta vigencia a la hora de distribuir la representación por islas. Las elecciones se rigen en Canarias por la Ley Electoral española, a la que se aplica esa disposición; y también por una chapucilla de Ley de la época del Pacto de Progreso, sobre ‘Medidas urgentes en materia electoral’, que lo único que regula es los cuartos que se le han de pagar a los partidos que concurren a las elecciones regionales.
Cuando Saavedra habla de reformar el sistema electoral vigente en Canarias, no plantea modificar una presunta ley que lo regula y que no existe, sino de crear una Ley nueva. Eso, a pesar de ser diputado regional y padre de la patria, no lo sabe don Dimas, como tantas otras cosas. Pero es lo de menos. Lo de más es que cada vez que alguien plantea algo que a él puede incomodarle, don Dimas reacciona amenazando al personal con lo primero que le sale de la boca.
Esta vez le ha salido un exhabrupto que no se sostiene ni de milagro: si de algo puede presumir esta Autonomía que hoy tenemos, a pesar de sus deficiencias -y entre ellas la de una representación exclusivamente ‘insularizada’ que impide la existencia de una clase política regional-, es precisamente de haber sacado a las islas menores del abandono y el subdesarrollo.
si la reforma electoral sale adelante, habrá que pensar en una autonomía de dos islas.
según dimas, el psoe ha visto que en los últimos añios se ha deteriorado su imagen en la islas menores, y añadió que .los asocialistas creen en un descalabro electoral, pRA CON los votos de gran cabnaria y tenerife. oponerse rtotundamente a la modificación de la ley electoral de canarias.