a babor
Que Hermoso se reuna con Dimas Martín no debiera ser una novedad: ambos son alcaldes y ambos están desde hace ya años en eso de la política. Que lo hagan tan sigilosamente como se dice que quieren hacerlo, eso si puede ser considerado novedoso, aunque tampoco exactamente fuera de lo tradicional en estos pagos. Que de la cita a ciegas se desprenda la posibilidad de que Dimas se convierta en el futuro presidente regional de las AIC, en sustitución del majorero Ildefonso Chacón Negrín, eso es sólo una hipótesis, porque hasta ahora ninguno de los protagonistas asegura tal cosa con rotundidad. Pero que ese es precisamente uno de los asuntos que se trataron en la secreta reunión entre el alcalde chicharrero y el dueño y señor de Teguise, a eso pónle el cuño, que seguro que no te equivocas.
Ocurre que Dimas ha hecho sus cuentas y ha descubierto que por mucho que pueda colocar a su señora esposa de alcaldesa de la villa de Teguise, su larga familia no da de sí como para montar unas candidaturas completas a ayuntamientos, cabildo y Parlamento regional, en estas elecciones que se nos presentan de aquí a la vuelta de la esquina. La oferta de los alcaldes insularistas conejeros para que Dimas se decida a reactivar y encabezar ese partido insularista que se intentó crear en Lanzarote con nombre de salsa apropiada para el bacalao (y cuyo definitivo lanzamiento frustró el propio Dimas para presentarse de líbero al Senado) le debe haber sonado a gloria: él pone los votos y el PIL pone los nombres. Justo lo que Dimas necesita.
Otra cosa es que en las AIC estén seguros de que este singular personaje capaz de venderle cebollas a los africanos sea precisamente lo que se dice un tipo de fiar. Aseguran las malas lenguas que Dimas se parece al homérico y tristón Aquiles en que su principal punto debil es el talón. Y porque Dimas siempre ha tenido una especial debilidad para con los talones -los propios y los ajenos- las buenas gentes de las AIC quieren amarrarle muy-muy corto, no vaya a ser que alguien le haga una oferta mejor y decida cambiar de equipo en medio de la partida.
Con Olarte estudianto su presentación electoral de la mano de los alcaldes grancanarios, y con las mentes más calenturientas del CDS dispuestas a sacarse una Federación de Centro dónde quepan todos menos Marrero Portugués, pues nada mejor que ofrecerle a Dimas la presidencia de las AIC, para evitarle tentaciones. Piensan Hermoso y los suyos que hasta feo estaría que el presidente de una coalición de partidos se fuera con sus votos a otra parte. Creen que con Dimas como factotum de las AIC, pues eso, que lo tienen bien agarrado por la pechuga de su coherencia.
Y piensan eso porque no conocen el percal del sujeto: san Dimas, el nuevo Padrón (perdón, nuevo patrón) de Canarias.