Además de ser un excelente poeta, un dramaturgo brillante y un escritor elegante, Oscar Wilde fue –sobre todo- lo que hoy definiríamos como ‘una celebridad’, un famoso de la época debido no sólo a su ingenio elegante, puntilloso y mordaz, sino también a una vida epatante y trasgresora vivida siempre –y voluntariamente- bajo la atenta lupa de los de su clase, a los que quiso sorprender con su estilo esteticista, provocador y decadente, y acabó escandalizando con sus andanzas y amoríos. Entre los dos Wilde, el de La importancia de llamarse Ernesto, y el de La Balada de la cárcel de Reading, escrita en memoria de un soldado muerto en el famoso presidio, me quedo sin duda con el segundo. Puestos a elegir, siempre me ha puesto más la sinceridad que el ingenio.
Oscar Wilde [Dublín, 16.10.1854 – París, 30.11.1900], escritor, poeta y dramaturgo irlandés, considerado uno de los más destacados del Londres victoriano tardío